Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Ocaso de la oligarquía en Guatemala (página 2)



Partes: 1, 2

A partir de entonces se imbrican, manteniendo su
hegemonía cupular, en un modelo keynesiano autoritario,
sustentado de nueva cuenta en la fuerza, que logra mantener los
cultivos de la gran propiedad de la tierra en las mismas manos de
quienes promueven los nuevos proyectos capitalistas, en un modelo
que cuenta con el amplio respaldo del Estado ante la falta de
inversión de los propios capitalistas, que
señaló Raúl Prebisch en su
momento.

En el interior de ese modelo acumulativo (que lo
propicia un Estado proteccionista que cierra sus fronteras, no
solo territoriales sino productivas, a la competencia externa al
país y a los oligarcas, constituyendo monopolios frente a
grupos capitalistas emergentes), se da sin embargo, el
renacimiento político de las ideas de la década
revolucionaria, mismas que son combatidas salvajemente y que
orillan a los disidentes a librar una guerra popular que dura de
hecho de 1960 a 1982 pero cuyas secuelas se extienden hasta 1996,
cuando se firma la paz.

En la década de 1980 se produce el colapso del
modelo keynesiano a nivel mundial, arrastrando en Guatemala no
solo la descalificación del Estado para intervenir en la
economía sino, para intervenir en la redistribución
del producto dentro de una sociedad desigual.

Recuérdese, que en el mundo, en esa década
termina formalmente la guerra fría, cae el muro de
Berlín y se fracciona el campo socialista.

El colapso del modelo keynesiano consolida
también procesos de concentración del ingreso nunca
vistos. En Guatemala, con el argumento de haber desarrollado una
guerra contrarrevolucionaria por su cuenta, la oligarquía
convierte al aparato del Estado en el único responsable de
las tareas de exterminio por ella misma recomendadas,
específicamente a sus fuerzas armadas.

La reducción de los efectivos militares tiene
más sustento en la reducción del Estado mismo que
en la de la represión de los grupos disidentes, contra
éstos deja intacto el aparato paramilitar que se
ocupará de las tareas de un exterminio selectivo ("agarrar
al pez"); el anterior era masivo ("dejar sin agua al pez"), y de
la protección física de los oligarcas.

El renacimiento de la oligarquía cuenta para su
fortuna, de nuevo, con el espaldarazo de la derecha estadunidense
que, mediante el llamado Consenso de Washington, minimiza al
máximo el papel del Estado y da preeminencia al mercado,
sostenido entonces por un sistema financiero que se convierte en
el eje del nuevo desarrollo capitalista salvajemente concentrador
de la riqueza.

Aprovechan para despojar al Estado de los
estratégicos medios de comunicación, de su banca
central, de la producción de energía, entre los que
incluyen la extracción, explotación y
distribución del petróleo y sus productos, el
control de prácticamente el 100% de los medios escritos
que son convertidos en una especie de voceros ideológicos
de sus postulados, así como la privatización
mayoritaria de los centros de enseñanza en todos sus
niveles, para los que logran exención de impuestos; la
organización de policías particulares que, sumadas,
superan los cien mil efectivos, frente a una policía
estatal de alrededor de 20 mil efectivos y de un ejército
nacional que no rebasa los 10 mil.

Por si esto fuera poco, enarbolan con más vigor
su oposición al pago de impuestos que cuando no los eluden
(una firma de investigación estadunidense los
ubicó, tan solo en sus transacciones con USA, en un
aproximado de 1.2 billones de dólares anuales), persisten
en mantenerlos en el nivel más bajo posible de
América latina y el mundo. Controlan también la
industria de la construcción y, obviamente, el sistema
financiero cuya junta monetaria central está formada en su
mayoría por representantes del sector privado duro ya que
ni siquiera aceptan las representaciones del sector cooperativo,
de gran fuerza en el país.

En 1996, en el marco nacional e internacional descrito,
se producen los Acuerdos de Paz Firme y Duradera, que terminan el
conflicto armado interno pero que son interpretados por la
oligarquía guatemalteca como el triunfo de su
proyecto.

El descredito permanente del Estado abarca por supuesto
el descredito mediático de los partidos políticos,
embrión del Estado, como señala Gramsci, a los que
han logrado mantener atados al financiamiento privado,
haciéndolos funcionar como meras agencias electorales y a
quienes han despojado de proyectos alternativos ajenos al modelo
concentrador excluyente.

Entonces, ¿Por qué titulamos este trabajo
como el OCASO DE LA OLIGARQUIA EN GUATEMALA? Porque, como reza el
dicho, la avaricia rompe el saco. Las primeras señales
parten del colapso financiero que se inició el 15 de
septiembre de 2008 en Wall Street; la segunda señal parte
de la elección de Obama, del partido demócrata, en
USA. Pero lo que cuenta sustancialmente en Guatemala es el
comportamiento desesperado de la oligarquía, que se
produce desde el primer minuto en que es investido el nuevo
gobernante, que supera al escogido por ella, expresada, a
través de sus voceros oficiosos de la prensa aludida
líneas arriba, quienes perciben el hartazgo de la
población en su preferencia a la posible candidatura
presidencial de la actual esposa del presidente, que
contendería en los comicios del año 2011.
Paradójicamente, esto abre las posibilidades de que el
nuevo gobierno guatemalteco capte los anuncios verbales de Obama
de controlar al sistema financiero y mejorar las condiciones de
los menos favorecidos mediante la ampliación de la
seguridad social. Los esfuerzos que realizan todos los
días por impedir la postulación de la actual
primera dama, de la que temen realice estas reformas
internamente, van desde el insulto desmedido hasta todo tipo de
maniobras seudolegales para hacerla a un lado.

Pretenden hacer creer a la población que el
actual régimen, (al que señalan cotidianamente de
corrupto y al que intentaron, en mayo de 2009, acusarlo de
asesino, con un mártir que les vino a modo, mediante una
maniobra desestabilizadora conducida por dos recurrentes
golpistas que contaron con al menos la complicidad de una
radioemisora local y la de los diarios de mayor
circulación y, por supuesto el financiamiento de la
cúpula oligárquica.

Este hecho comenzó a darse con el curioso auto
asesinato ocurrido el 11 de mayo de 2009), cuyo gobierno
según ellos, está formado por ex guerrilleros. Este
mismo tipo de maniobra, con el visto bueno de la derecha
estadunidense, tuvo éxito en el golpe de mano realizado en
Honduras.

Con la misma metáfora del pez, sostienen que es
más importante enseñar a pescar que regalar
pescado, aludiendo a los raquíticos proyectos paliativos
de la pobreza que realiza el gobierno a través de su
programa MI FAMILIA PROGRESA, aduciendo cínicamente que se
mal emplea el dinero de los contribuyentes y para cuyos ataques
disponen de una diputada ahora derechista, viuda de un
revolucionario, a quien dan cobertura diaria para realizar la
labor de desprestigio gubernamental que patrocinan.

Por supuesto, cuentan también con un partido de
ultraderecha a la cabeza del cual colocaron a un general retirado
que juega por segunda vez, cuyo lema es la MANO DURA contra la
delincuencia organizada, misma que se sospecha alientan para
captar el voto de una asustada ciudadanía.

Pero esta campaña negra mediática les
está dando resultados contrarios, ya que la
población en situación de pobreza y de miseria,
solo capta, de un lado, a un gobierno que les ofrece alguna ayuda
y, del otro, a un grupo oligarca que los criminaliza, justamente
por ser pobres, al mejor estilo de los antiinmigrantes
norteamericanos. De tal suerte que, a menos que se decidan a
realizar acciones aun mas desesperadas con sus grupos de choque,
que ya actuaron abiertamente para asesinar a un personaje
dispuesto a victimizarse para hacer caer al gobierno, el panorama
actual apunta hacia la elección de una mujer de
extracción social demócrata que será exigida
por las masas ciudadanas empobrecidas de terminar con el modelo
concentrador y excluyente que ha producido, de un lado, a la
más intransigente oligarquía de que se tenga
noticia y, del otro, a una miserable masa que forma cerca del 80
por ciento de la población guatemalteca.

Su ocaso lo marca su propio temor de ser alcanzada por
la reestructuración del Estado en USA, que no es tan
sensible en el imperio como lo es en su reflejo en las
ancestrales y caducas estructuras locales, que se verán
forzadas a ceder espacios hasta ahora secuestrados.

El ocaso no lo marca la decisión personal de
quienes respaldan la candidatura de la hoy primera dama sino las
demandas crecientes de una sociedad reducida a la servidumbre
más infame y a la miseria más escandalosa, por un
grupo social que se enriquece cada día a sus expensas, sin
poder ocultarlo.

 

 

Autor:

Dr. Carlos E. López
García

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter